Gigantes tecnológicos, enanos tributarios

Resumen

El País – 23 de Noviembre de 2012

Apple, Microsoft, Google, Facebook, Yahoo, EBay y Amazon que venden miles de millones en España, pagaron solo 25 millones a Hacienda en los tres últimos años. Esto se debe a que las filiales españolas de estas compañías tecnológicas aplican una “planificación fiscal agresiva” con la que consiguen evitar pagar impuestos.
Estas compañías desviaron la mayor parte de sus ganancias por sus servicios a otras filiales de países con fiscalidad más reducida como Irlanda, Luxemburgo o Suiza donde hay más facilidad para desviar el dinero a otros países donde no tendrían que pagar casi nada al fisco.
Para evitar eso, el ministerio de hacienda anunció la creación de una Oficina Nacional de Fiscalidad Internacional que seguirá los abusos fiscales que se produzcan en España. Aunque no se conocen los detalles exactos de el plan, la semana pasada el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferre, participó en el foro del Comité de Asuntos Fiscales de la OCDE, en París, donde avisó sobre la erosión de las bases imponibles en el impuesto de sociedades y la traslación de beneficios de los países desarrollados por estrategias de planificación fiscal agresiva. La idea sería que las compañías tributen en los países donde generen los beneficios.
El impuesto de sociedades en España facilita la reducción de gastos en comparación con otros países que priman la tributación reducida de los ingresos lo que permite crear una estructura con la que atraer los gastos a las filiales españolas y llevarse los beneficios a países con la tributación más baja.

Marco Teórico

Aquí tenemos una imagen del Flujo Circular de la Renta, en el que relacionamos los agentes económicos con el mercado de productos y el mercado de factores. Todo ello regulado por el Estado.

Podemos ver que las empresas reciben subvenciones, bienes y servicios por parte del Estado, y a cambio le dan impuestos.
Aplicando el Flujo Circular de la Renta a la noticia, nos damos cuenta de que aquí las empresas (en este caso, Apple, Microsoft, Google, Facebook, Yahoo, EBay y Amazon), no pagan al Estado todos los impuestos que deben. Por lo que éste no recibe una buena compensación a cambio de las subvenciones, bienes y servicios, y el Flujo Circular de la Renta no funciona bien.
Sin los impuestos que muchas empresas y familias no pagan, el Estado no puede actuar como es debido, por lo tanto no puede proporcionar los suficientes bienes y servicios básicos o corregir las desigualdades. Es decir, no puede regular correctamente el sistema.

Vocabulario

Flujo circular de la renta: está constituido, por un lado, por la corriente de bienes y servicios y factores entre las familias y las empresas, y por otro, por sus correspondientes pagos con dinero.
Economías domésticas o familias: están compuestas por las personas, solas o agrupadas en familias, cuya función es la de satisfacer sus necesidades mediante el consumo de bienes y servicios.
Empresas: son el los agentes económicos cuya función básica es la de producir lo bienes y servicios que demanda la sociedad.
Sector público: es el ámbito de una economía que está directamente controlado por el poder político.
Mercado de productos: en él se realizan los intercambios de bienes y servicios que satisfacen alguna necesidad a cambio de un determinado precio.
Mercado de factores: en él se intercambian los recursos utilizados en el proceso productivo a cambio de un precio o renta en forma de salarios, alquileres, intereses y beneficios.

Opinión

En casos como este, el gobierno debería hacer una reforma fiscal, no sólo para éstas empresas que no pagan los impuestos que deben pagar, si no para todos los españoles que los evaden.
Por supuesto, implicaría que muchos políticos, empresarios, deportistas de élite, entre otros, que tienen sus cuentas en paraísos fiscales tuvieran que pagar impuestos, y tal vez por eso no se animan a tomarse el fraude fiscal más en serio, pero si todas las personas que no pagan impuestos los pagaran, la crisis podría estar más cerca de resolverse.
Por supuesto, es mucho más indignante con las grandes compañías, que no sólo son multimillonarias, si no a las que le compra todo el mundo.